Una línea de bajo,
tus ojos,
el calor que ya ha llegado,
todo ahora mismo aquí.
Y éste estúpido reloj
estropeado
en los albores
de un viejo amanecer
¡Dadle cuerda!
Me he inventado
un nuevo silencio
para ser escuchado,
solo tienes que susurrar
conmigo
¡Dadle cuerda!
Alas de cera
para un sol abrasador.
Noches de blanco satén
para el que las quiera
¡Dadle cuerda!
Un soplo en el corazón,
la estela que dejas
al alejarte
en forma de desazón.
Las teorías de un científico triste,
son tan ciertas
cuando todos los bares han cerrado...
Que bueno inventar nuevos silencios entre susurros.
ResponderEliminarLas teorías de aquel científico triste,siempre nos falta algo y esperamos y esperamos...
Un beso José
Laura