Me levanté en armas,
aún no se muy bien contra qué,
o contra quién.
Cegado,
por esa trabada idea,
de que nadie va a una guerra
pensando que puede perder.
Y ya me ves,
de nuevo engullido
por esa sombra enorme
que es el latido del pasado.
A veces,
cuando permanecer despierto
es un grito cansado,
y los días son tentetiesos.
Cuando oscilar es la oración,
en la que se esconden las claves.
A veces,
pues eso,
solo puedo esperar
a que un poema,
o una canción,
vengan a salvarme.
que buena esperansa, salvados por un poema.
ResponderEliminarpero si seguimos las palabras de benedetti, igual no te salves.
un abrazo amigo.
me gusta mucho leerte!!!
Sabina
Esperar que un poema o una canción pueda salvarnos...que grande José!!
ResponderEliminarUn besito