El poema,
que intento escribir con mi vida,
tiene algo de ti.
Tiene la furia contagiada
de la hostilidad de la ciudad.
La ternura de una sonrisa;
el ego del que vence.
Tan difícil se me antoja
conseguir escribirlo
como renunciar a él.
Me perseguirá
por las noches oscuras
que acechan mi memoria.
Por las hipotecas que contraí
con mis actos.
Por el peso de las cosas
que nunca te dije
y la rémora de lo que nunca hice.
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