"Nací para robar rosas de la avenida de la muerte". Charles Bukowski.

lunes, 8 de febrero de 2010

Sexo en parques púbicos

En este tratado de indecencia,
en el que convertimos días largos
en noches cortas,
y rasgamos nuestras almas
con afiladas cuchillas,
fuí a preguntarme,
acerca de la mitología griega,
el hambre,
y la soledad.
Y terminé zorzobrando
a las orillas de la épica.
¿Cómo medir, por ejemplo,
el tiempo.
cuando éste venía
a regalarme la eternidad,
cada vez que eyaculaba en una vagina?
¿Cómo degustar, por ejemplo,
los más preciados sabores,
cuando solo hallaba placer
en los néctares de los cuerpos?
Así que me aficioné
al sexo en los parques púbicos.
No había que preguntar,
pues tampoco había respuestas.
La receta era poco compleja,
para derrotar aquella sinrazón
de desencanto existencialista.
Viajes de ligero equipaje
para vidas cansadas,
y un guiño del futuro
en cada cama.
Acantilados abruptos,
tras cada espalda,
y soñar que era tu corazón,
lo que tras cada tormenta
acariciaba.

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