Que bonito el verano
cuando lo llevas puesto.
Que bonitas
las noches,
los fuegos de artificio
y el hielo
en la yema de los dedos.
Que bonito
correr desnudo
a la niñez de nuevo,
donde no se habla
el lenguaje de los cobardes.
Donde no existe lo baldío
y las flores aún huelen
al dulce de lo utópico.
Que bonito el verano
cuando gimes.
Que bonito
cada eterno viaje
al centro de tu tierra
y al imposible caos
que ella vertebra
junto a todos mis intentos
por sucios que parezcan.
Que bonito el verano.