"Nací para robar rosas de la avenida de la muerte". Charles Bukowski.

lunes, 22 de febrero de 2010

Los malos

Últimamente
acude a mi,
de manera incesante,
el recuerdo de tu rostro
ataviado y acompañado
por el olor a linimento Sloan
y el odio a mi mismo por no haber llorado
tu muerte todavía.
Pero sobretodo,
viene a mi con nitidez y alta definición
el recuerdo de aquellas tardes de fin de semana,
cuando yo,
harto de desollarme las rodillas en los campos
de tierra y de hierba,
corría a ti como un perro fiel
a resguardarme en tu regazo
mientras tu veías aquellas películas
que parecían eternas,
en blanco y negro.
Películas,
en las que soldados de vidas mustias
y labios dolorosos,
se jugaban la vida en las selvas de Birmania
u otros países de nombres imposibles.
Y sobretodo
viene a mi el momento,
en el que yo
aún sin entender nada,
te preguntaba quienes eran los buenos.
Y me invadía la incertidumbre
de entender menos aún,
cuando tú me respondías
que en la guerra no había buenos ni malos.
Que todos eran malos.
Y me gustaría decirte
que en aquel entonces entendí tu mensaje.
Pero no ha sido hasta ahora,
con la certeza del tiempo al pasar,
cuando ya,
puede que demasiado tarde,
sepa quienes son los malos.

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