"Nací para robar rosas de la avenida de la muerte". Charles Bukowski.

martes, 19 de enero de 2010

Balmes, 88

El adiós más salvaje,
comenzó a fraguarse en aquel cuarto oscuro,
en el que me pedías que me corriera,
entre algunas miradas,
de lascivia y deseo,
por supuesto anónimas.
Allí, en ese momento,
con poca luz, con sombras,
fue cuando comencé a darme cuenta
de que transitábamos por galaxias diferentes.
Ya están aquí las pequeñas diferencias:
tú follabas conmingo, mientras yo, contigo, hacia el amor.
Tú me hablabas con la boca, mientras yo, como imbécil
te hablaba con el corazón.
Y ahora, mientras paso por delante,
de aquel sitio, que se ha arraigado a mi recuerdo,
como un pedazo de herencia irrenunciable,
en ésta tarde de sábado,
y me maldigo por haberte llamado
y que no me hayas cogido el teléfono,
pienso en con quién coño estarás follando ahora mismo,
mientras ésta inercia a la que yo llamo vida,
empieza a tambalearse.
Sé que no debería seguir haciéndolo,
pero desearte es una de las estupideces,
que aún cometo en mi vida,
y que logran mantenerme de pie.

3 comentarios:

  1. de todas maneras, es bello y horrible saber cuando empieza la despedida,

    ser un obervador conciente de lo que avecina.

    te da la posivilidad de entender ese ritual.

    muy belllo,

    saludos
    Sabina,

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  2. muy encandilador por cierto, siguen abriendo el balmes?? un saludo

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  3. Acabo de ver el comentario. yo creo anónimo que cerró hace años. ahora en la actualidad creo que es una copistería o algo así, para que veas.

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