"Nací para robar rosas de la avenida de la muerte". Charles Bukowski.

viernes, 29 de enero de 2010

El rayo láser

Me levanté en armas,
aún no se muy bien contra qué,
o contra quién.
Cegado,
por esa trabada idea,
de que nadie va a una guerra
pensando que puede perder.
Y ya me ves,
de nuevo engullido
por esa sombra enorme
que es el latido del pasado.
A veces,
cuando permanecer despierto
es un grito cansado,
y los días son tentetiesos.
Cuando oscilar es la oración,
en la que se esconden las claves.
A veces,
pues eso,
solo puedo esperar
a que un poema,
o una canción,
vengan a salvarme.

sábado, 23 de enero de 2010

Domingo de gramos

Salí de casa con el cielo encapotado,
y me acompañó durante todo éste domingo,
una fina lluvia intermitente.
Aún olía a ausencia,
temor y desidia.
Pero siempre hay números de teléfono
que prestan sus soldados.
Y un exilio de paz
tras un pestillo cerrado.
Así que,
¿por qué preocuparse
por la enésima batalla por librar?
¿Por salvaguardar
el último bastión de las ocasiones redimidas?

Pero a medida que avanzó el domingo,
la emboscada del recuerdo
me engulló en sus trincheras.
Tu no estar conmigo,
es un lastre que sobrevuela en órbita sobre mi.

Recordé como besabas cualquier recodo:´
lóbulos,
pene,
ombligo,
pies.
Y como yo creí cada una de tus palabras,
sin pensar que tal vez me estabas engañando.

Deberías saber sino por edad, si por vileza,
que las peor obscenidad es la mentira.

Héroes de papel

Cabizbajos,
muertos del asco y de la mediocridad.

Quereis que seamos como vosotros
pero nos seguimos resistiendo a ello.
Y aunque eso no nos haga sentir mejor,
si nos hace respirar un aire más puro.

En éste viaje de vaginas y alcoholes,
con una brújula averiada
y nuestro disfraz de cuenta corriente
con números rojos,
lo único que nos enorgullece
es veros palidecer,
y que aumenta la distancia
entre lo que conseguisteis
y lo nos pertenece.

martes, 19 de enero de 2010

Balmes, 88

El adiós más salvaje,
comenzó a fraguarse en aquel cuarto oscuro,
en el que me pedías que me corriera,
entre algunas miradas,
de lascivia y deseo,
por supuesto anónimas.
Allí, en ese momento,
con poca luz, con sombras,
fue cuando comencé a darme cuenta
de que transitábamos por galaxias diferentes.
Ya están aquí las pequeñas diferencias:
tú follabas conmingo, mientras yo, contigo, hacia el amor.
Tú me hablabas con la boca, mientras yo, como imbécil
te hablaba con el corazón.
Y ahora, mientras paso por delante,
de aquel sitio, que se ha arraigado a mi recuerdo,
como un pedazo de herencia irrenunciable,
en ésta tarde de sábado,
y me maldigo por haberte llamado
y que no me hayas cogido el teléfono,
pienso en con quién coño estarás follando ahora mismo,
mientras ésta inercia a la que yo llamo vida,
empieza a tambalearse.
Sé que no debería seguir haciéndolo,
pero desearte es una de las estupideces,
que aún cometo en mi vida,
y que logran mantenerme de pie.

viernes, 15 de enero de 2010

La lluvia y yo

Me he puesto el vestido de resquicio,
para que no se cierre nunca la puerta.
Y este halo de niño pequeño
saltando entre los charcos,
con el que sujeto mi bolígrafo,
fiel testigo será.
Hay una lluvia que no me moja,
da algún paso junto a mi,
y desiste.
Ni me duelen los huesos,
cuando caigo fugazmente,
en la longitud del Raval,
en los brazos del Papillon.
Estos ruidos que no cesan,
y las noches que acaban,
todo, todo, todo,
como un gran himno;
un silbido espectacular,
retumbando en los tímpanos
de mis actos.

martes, 12 de enero de 2010

Nacho Vegas en el Palau de la Música (Crónica Amateur)

Nacho Vegas, volvió de nuevo a sorprenderme, gratamente como no, en un marco incomparable como el del Palau de la Música. Solo un artista sin ningún tipo de hipoteca ni compromiso que no sea consigo mismo, es capaz de presentarse en Barcelona, en un lugar tan bello como carismático, con un EP "recién" publicado, y no tocar ninguna canción del mismo, y encima, abrir el concierto con un tema nuevo. La gente ya no recita. La gente bate palmas. Un temazo para abrir el concierto, nuevo, con ese sentido del humor tan Vegasiano. Nuevos arreglos para Detener el tiempo. La Maldición y Gang Bang para que el señor Boba nos deleite con su acordeón y Xel Pereda se luzca a la guitarra. Impecables en la base rítmica Luis Rodríguez y Manu Molina. Pasando de puntillas por El Manifiesto Desastre (Detener el tiempo, Crujidos, Morir o matar y Dry Martini, si la memoria no me falla), se deleitó en los clásicos, Miss Carrussel, Nuevos planes, Michi Panero, recurrió a Días extraños y Va a empezar a llover del Tiempo con las cerezas, y obsequió con un bis a los asistentes. Un bis que pudieron ser dos, pues el público solicitó con insistencia y aplausos, de nuevo la presencia de la banda sobre el escenario. Como en aquella memorable noche de El Liceu, donde rogó a los asistentes que no encendieran mecheros pues aquel lugar ardía con facilidad, Nacho, tras explicar que el sonido estaba limitado, por motivos obvios (conservación de la cristalería del lugar, y evitar desperfectos), no pudo evitar sacarse de la manga una de las suyas, y comentar, que habían propuesto poner unas uralitas para evitar dañar las cristaleras, pero que ya no quedaba dinero, pues se lo había llevado todo Millet. Grande Nacho, una noche más, y van...

miércoles, 6 de enero de 2010

El balance

Pasan,
a veces como excesos,
a veces como agonías
y no podemos verlos con nitidez
hasta hacer el balance.
Donde no cuadran los números,
se pierde en razones el genio.
Donde exista un confín
caeremos rendidos.
Mientras,
este disfraz de atemporalidad
que le pusimos a nuestra angustia
se nos irá cayendo.
Desnudos pues,
en procesión cíclica
hacia los molinos
avanzaremos.
¿Eran o no eran gigantes?
Nunca el ruido más ensordecedor
hizo sombra al más ínfimo de los silencios.
Nunca un balance
cuadra
a la puta
primera
vez.

lunes, 4 de enero de 2010

Fechas señaladas

Me puse un abrigo,
o tal vez me lo quité.
Eso parecían aquellos días.
Hasta que vino el desencanto,
con todo su peso.
Con todo su maldito peso,
a cerrar con llave.
A echar sal en las heridas del corazón triste.
A dejar en forma de preguntas,
un poso de incertidumbre.
¿Quién eras, cuando tenías que ser?
¿A dónde ibas, cuando tenías que ir?
¿Dónde estabas, cuando había que estar?